Articulo publicado no quincenal muradano LA LIGA DE AMIGOS, nº 141 (15-7-1912)
Siguiendo la inveterada costumbre de antaño las fiestas de nuestro patrono fueron como siempre, bajo techo, en la iglesia; pues, las que debieran hacerse para atraer forasteros y dar vida al comerciante que sostiene al municipio, esas brillaron por su ausencia; esto no obstante, nos place consignar que tanto el día de San Pedro como el de Corpus hubo algo que llamó la atención del público en general, hasta el extremo de Comentarse en diversos sentidos para los protagonistas.
En nuestro número del 15 de Junio, dábamos cuenta de que la corporación municipal no había asistido, como de costumbre, a la procesión, porque el señor cura olvidando el requisito establecido de recibir, una comisión del clero a la corporación, en la puerta del Ayuntamiento, aquella permaneció esperando y vio impasible como la Procesión salía de la iglesia y recorría las calles sin su presencia ni asentimiento; pues, el día del patrono ocurrió lo mismo, aunque con alguna variante significativa.
Salió la procesión sin que la corporación estuviese presente, pero después de haber salido tuvo a bien el Sr. Cura de enviar al Pertelo dando aviso al Concejo de que la procesión estaba en marcha.
Tal hecho indignó a cuantos estaban reunidos y provistos de sus correspondientes insignias para cumplir el deber que les incumbía, más ante un segundo desprecio que el Sr. Cura les infería, el Sr. Al .alcalde nuestro paisano D. Manuel Dubert Novo ordenó que la banda municipal no acompañase la procesión, y así en efecto fue cumplido. Dícese que pretendió mandar retirar también el gaitero y hasta hacer volver la procesión a la iglesia, pero alguien pudo disuadirle de ello por cuanto, no se llevó a cabo, siguiendo la procesión su curso sin la música y sin el acompañamiento del Concejo.
La enérgica actitud del Sr. Alcalde fue aplaudida por todo el pueblo sin distinción de matices políticos, como fue censurada la del Sr. Cura; pero héteme aquí que después de todo lo ocurrido toman café en casa del Sr. Cura el señor Alcalde y su Secretario como si la acción del primero no mereciese importancia alguna; y en efecto no debe tenerla cuando así se abrazan ante el aromático Moka después de significarse ante un público culto.
Al ser del dominio público el acto de concordia, y comentado públicamente por un pescador dijo, bo, bo, todos son , uns, ó que pasa, é que no teñen…
No comentamos. Nuestros lectores juzgarán; pero si comprendemos que debía quizás tener razón el pescador hablando así el día In que se celebraban los’ festejos en honor a su ex-compañero.