p/ Jesús Mourelo de la Fuente
Me han invitado a poner mi granito de arena, como aportación a esta publicación que ahora comienza su singladura, a lo que he accedido con buena voluntad, humildemente pongo a su merced mi conocimiento de las diferentes especies botánicas que nos acompañan desde el principio de los tiempos, hasta el día de hoy.
Se acerca el verano, el sol gana la partida al largo invierno, en su honor surgen en nuestra divina tierra rituales cristianos y paganos para conmemorar su llegada. En este margen atlántico del mundo antiguo, Muros reina sobre el mar como vestigio defensivo de nuestras costas, testigo de un pasado glorioso, mantiene intactas sus tradiciones, a veces enmascaradas por un progreso inexorable, pero esta será otra historia.
Me ha llamado la atención desde que he trasladado mi domicilio a esta hermosa villa, las múltiples formas que tiene el mal de manifestarse en los hombres, hablo de ese mal de ojo llamado «AIRE», una posesión tan antigua como maligna, provocada por alguien negativo con poder para hacer enfermar a quien lo padece, tanto somática como anímicamente, cargándole de negatividad, mala suerte y aflicción. También los muertos, íncubos de la oscuridad demoníaca, contaminan a los pobres mortales con ese aire nocivo, aprovechando la debilidad propia de la impotencia de la obligada transición.
Pero el «aire», tiene en esta parte del Mundo un feroz enemigo. Mujeres que han heredado de sus ancestros la facultad de expulsar ese mal de los cuerpos endemoniados, utilizando para ello los medios y sortilegios al alcance de su poder.
Cuando una persona se encuentra poseída por este demoniaco ente, recurre a la adivinación de su dolencia, la “María”, encargada de localizarle, sostiene junto con el poseído, usando las yemas de los dedos índices sendos ojales de unas tijeras de modista clavadas en una “PENEIRA”, criba de cereal a modo de péndulo. Entonces recita un salmo a modo de pregunta:
PENEIRA , PENEIRIÑA, DIME SI (nombre del poseído), TEN O AIRE. SE O TEN VIRAME A CARA, E SE NON VIRAME A ESPALDA
En caso positivo, de una forma misteriosa el artilugio girará, hacia la adivinadora.
No hay tiempo que perder, la mujer chaman armada de un gran manojo de laurel «LAURUS NOVILIS», planta de naturaleza sagrada para múltiples pueblos mediterráneos, sacude el cuerpo místico de la cabeza a los pies ,mientras musita letanías, oraciones susurrantes para expulsar el mal;
LOUREIRO NASCIDO
NON TRASPLANTADO
QUITALLE O AIRE DE MORTO
A ESTE HOME/MULLER COITADO/A
FUME SANTO DO LOUREIRO
LIMPA O AIRE DESTE CORPO
VAITE DEMO CO TEU CHEIRO
A ENCHERE UN HOME MORTO
Finalizado el sahumerio, con el laurel bendecido, la mujer chaman arrodillada casi en trance ora por Dioses paganos ya olvidados.
Existen múltiples rituales utilizados para expulsar el «Aire», tantos como especies vegetales usadas para tal menester, no obstante es en este en el cual se utiliza exclusivamente una única planta, en este caso el Laurel, común y humilde en tierras oceánicas. Planta cuyo pasado le honra. Desde la antigua Grecia consagrado al dios Apolo, el cual loco de amor, y rechazado por la ninfa Dafne, la convirtió en este árbol siempre verde, infundiéndole el poder de proteger del rayo a los débiles humanos. y llegando a proveer de visiones proféticas a las sacerdotisas del templo de Delfos, oráculo y centro del mundo antiguo.
Un saludo, de éste, su panorámix particular.
Gustaríame saber onde é a casa das marías para sacar o aire, gracias
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