P/Manuel Lago Alvarez
Desde lo más antiguo, los hombres de la mar tuvieron una gran devoción a la Virgen María. La veneración y el culto a la Santísima Virgen en varias advocaciones ha sido tradicional entre las gentes de la mar, posiblemente por ser gente que vive y se adentra en un medio natural en el que peligro está siempre al acecho, y en sus horas difíciles estas advocaciones fueron siempre un socorro para ellos. El pueblo muradano y la devoción mariana es un todo indivisible, que perdura en el tiempo.
Los marineros de Muros, reconocidos mundialmente como inmejorables hombres de mar, en sus muchas singladuras no dejaron de mirar al cielo, invocando la protección maternal de la Madre del Señor. Y muchas veces, superados momentos difíciles, hacían ofrendas a modo de exvotos, en señal y recuerdo de un beneficio recibido. Varias de estas ofrendas lucen, todavía hoy, colgadas de los muros interiores del Santuario de la Virgen del Camino, ya que, antes de darse por devoción expresa como patrona de los hombres del mar, a la Virgen del Carmen, era la Virgen del Camino, la advocación mariana más socorrida y también porque el Santuario de la Virgen del Camino era de construcción anterior a Iglesia del Carmen de Muros, que data del año 1767.
Los exvotos, hacen referencia siempre a la protección recibida por salir indemnes de un peligro: naufragio, ataque o persecución, y son expresión palpable de agradecimiento por la gracia recibida.
En el Santuario de la Virgen del Camino, en Muros, hay tres cuadros votivos, que con detallada iconografía y texto resuelto, narran las incidencias acaecidas en una de sus singladuras. En uno de ellos conocido por “La María” , el texto hace referencia al un ataque de un “javeque” moro, a un barco muradano, en el año 1758, a la altura del Cabo Santa María, en su singladura de Muros a Sevilla. Los muradanos se encomiendan a San Ramón, a las Benditas Ánimas, y a Nuestra Señora del Camino. Logrando escapar del peligro, entran en Viana el día 23, llegando a Muros, el día 26. dirigiéndose al Santuario de la Virgen del Camino, para dar rendidas gracias a su bienhechora, cuyo favor imploraron los muradanos fervorosamente.
El cuadro, de dimensiones 83 x 123 cm, pintado al óleo sobre lienzo, representa con cierto rigor, la historia escrita en el mismo. Gráficamente representa lo acaecido a los marineros muradanos. En un primer plano, a la izquierda, el jabeque moro de tres palos, con sus velas desplegadas, atacando “La María”. Dándole la popa, “La María”, con sus velas desplegadas, y ya abandonada por su tripulación. Más a la derecha, en la popa de un bote, el patrón José de Lojo, mirando al frente, acompañado de cuatro marineros que reman escapando del pirata. En la parte superior izquierda, el yate en el que embarcaron en Setúbal, en medio de un temporal, y con las velas recogidas, y unos marineros en el agua. En la parte superior derecha, “La María” , ya sin velamen, frente al castillo de San Sebastián, en Cádiz.
En el centro del cuadro, se representa la divinidad, a la que los muradanos imploraron favor. A la izquierda San Ramón, vestido de mercedario; en el centro, en mayor tamaño, La Dormición o Tránsito de la Virgen, que es muy semejante a la imagen que preside el Santuario de la Virgen del Camino, y a su derecha, las Benditas Ánimas, representadas por tres figuras humanas que sufren el tormento del fuego purificador del Purgatorio. Todo el cuadro es una historia gráfica de unos hechos ciertos, a los que los marineros muradanos estaban acostumbrados por los mil avatares que el mar Lo más singular de todo, es que los marineros, en el peligro, imploran el socorro divino:
“Navegando de Muros pa Sevilla el Patron José de Lojo con 6 compañeros en el Barco nombrado la María estando sobre el cabo Sta Ma el el dia 7re de 1758 le cautivo un Javeque de / Moros; po habiéndose encomendado alas Animas y ofrecido el palo de proa con su aparejo, saltaron en el bote librándose milagrosamente delas garras de aquellos piratas. Llegados a tierra, y caminan / do hasta Setúbal, se embarcaron en un Hiate Portugues qe. con otros 35 salia entonces pa. Galicia. Al amanecer del 19 de dho. mes, sobre Hovar los acometió tan recio temporal de viento y mar qe. Se perdieron / 34 de los espresados Buques y el en qe. Venia el Lojo y compañeros estubo sumergido mas de 2 horas habiéndole arrebatado la mar 5 hombres qe. Se ahogaron. En tal conflicto se ofrecieron devotamente. Nra. Sra. del Cami – / no Sn. Ramon y las Animas y salieron del peligro, entrando el 23 en Viana, llegaron el 26 á este Santuario á dar rendidas gracias á su bienhechora. Después supieron qe. En el 18 arribára el barco la Ma. Jun-/ to al Castillo de Sn. Sebastián de Cadiz con los palos secos y sin jente qe. lo gobernase, en cuya disposición anduvo pr. la mar 11 dias ; pr. lo cual y pr. qe. habiéndole puesto fuego pr. 2 partes los Moros apareció sin gran lesión / se le llamó el Bienivenido y fue patente el prodigio de su salvamento. debiéndose a la intercesión dela Santisima Virgen Sn. Ramon y las Animas, cuyo favor imploraron los Muradanos fervorosamente. Encomienden á Dios sus Almas. Retocado en 1846 pr”.