p/ Manuel M. Caamaño
P.G.C. «Paquita», unha veciña de Muros tiña once anos no 1937. Movida pola súa curiosidade e pola compaixón, visitaba asiduamente os prisioneiros de guerra do campo de concentración de Vieta. Grazas a que o seu tío era brigada de carabineiros, a nena podía visitar os presos e levarlles algo de comida e de paso satisfacer a súa curiosidade de meniña charlando con eles.
Contaba Paquita que un dia mentres observaba os cautivos a través da reixa que os separaba da liberdade, acercóuselle un e díxolle…
-¿A que vienes, neniña?
– A ver a los rojos. Vengo de la escuela y vengo a mirar a los rojos.
– Mira, díxome abrindo a camisa e ensinandome o peito, somos blancos también. ¿Y porqué me hablas a mi? Te doy pena, ¿verdad?
– Si, mi madre tiene una tienda y mi padre está en EE. UU.
Era ó medico leonés, D. Carlos Mingote Eguiegaray . que exercía o seu oficio entre os seus compañeiros presos na enfermería do campo de concentración de Vieta. Este médico pasado o tempo morrería durante a construción do «Valle de los Caidos» como traballador forzado.
Xunto a D. Carlos, na enfermería traballaba como axudante seu ó xornalista D. Eduardo Echevarría Santos, que lle dedicou a Paquita esta fermosa poesía a cal gardou aquela, de entón nena, durante toda a súa vida.
Corazones infantiles
llenos de pura bondad
hacen que vuestros sentires
sean heraldos de paz.
Yo guardo un grato recuerdo
que mi corazón no oculta,
un pueblo que puso en alto
la bondad de sus conducta.
Vi mujeres que a sus ojos
las lágrimas asomaban,
vi penas que por despojos
en sus rostros se marcaban.
Vi corazones de oro
que dulzuras derramaban,
consuelo de prisioneros
que libertad añoraban.
Que encontraron en un pueblo
la santa hermandad humana,
el alivio y el consuelo
que sus penas le causaban.
Muros, rincón de Galicia,
Tu nombre en mi corazón
Guardaré toda mi vida
Porque allí sufrí prisión.
Mas mi memoria no olvida,
el pueblo puso su amor,
su cariño y su ternura
en mitigar mi dolor.
Y allí donde yo resida
pondré toda mi pasión
en decir como una niña
brotó de capullo en flor,
poniendo con su sonrisa
llegar a mi corazón
al llenarlo de alegría
de esperanza y de perdón.
Eu ben sei quen é Paquita, pero vou a respectar, como ela houbese querido, o seu anonimato.
Carlos Mingote Eguiagaray. Condena: reclusión perpetua. De Carreño, León, hijo de Policarpo y Petra, 46 años, casado, médico. Dirigente de IR; jefe de los servicios sanitarios del campo de aviación de Carreño; director del Hospital de Granada con la graduación de capitán de Sanidad y presidente del Tribunal Médico Popular con la categoría de comandante.